José Miguel Mulet: “El posicionamiento de Europa respecto a los transgénicos es absurdo; vive en una especie de Disneyland”

En los próximos años, la modificación genética permitirá disponer, por ejemplo, de tomates que ayuden a prevenir el cáncer o cereales básicos como el arroz fortificados con vitamina A, hierro, etc.  Y al agricultor, le permitirá, entre otras ventajas, disponer de semillas más resistentes a condiciones climáticas adversas como sequía y calor o frío extremo. Así lo ha asegurado José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología de la Universitat Politècnica de València, en el marco de una conferencia celebrada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (EAMN).

Bajo el título “Transgénicos: de la tecnología al debate social”, Mulet ha hecho un repaso al uso de esta tecnología y los resultados obtenidos desde que en 1996 se iniciara la comercialización de cultivos transgénicos. Mulet ha hablado también sobre los beneficios que, para la producción agraria, pueden reportar los transgénicos: “si se generaliza y autoriza su uso, uno de los grandes beneficiados serían los pequeños y medianos agricultores. Y la razón es bien simple: tendrán más herramientas disponibles a su alcance y podrán elegir libremente qué semillas comprar”.

transgénicos

Para Mulet, la posición actual de Europa respecto a los transgénicos es “absurda”. En su opinión, “no puede ser que todo el mundo los esté empleando y aquí se viva como en una especie de Disneyland; esta postura no es sostenible”. Mulet ha puesto como ejemplo que en Europa solo se permite a los agricultores comprar una variedad de semillas transgénicas y sembrarlas “y en cambio estamos importando el producto de 81 variedades diferentes de estas semillas que vienen de Sudamérica, EEUU o China, entre otros”.

El también investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (UPV-CSIC) ha explicado que Europa es anti transgénica por motivos históricos. “Básicamente porque la primera empresa que tuvo transgénicos listos para salir al mercado fue una empresa americana –Monsanto; se generó cierto rechazo por parte de grupos ecologistas y hubo también cierta inacción por parte de las empresas de semillas y compañías relacionadas con la agricultura y la biotecnología, porque no podían competir contra esta tecnología. Fue una especie de confluencia de intereses que dio lugar a un marco legal que ha bloqueado, hasta hoy, la utilización de esta tecnología”, ha explicado Mulet.

Preguntado sobre si la sociedad está preparada para la generalización del uso de transgénicos, para Mulet no hay duda, principalmente por los beneficios que de ellos se pueden derivar. “En general, la historia nos dice que la tecnología siempre ha sido un beneficio y ha ayudado a disminuir las desigualdades sociales. El hecho de que los agricultores puedan sacar más rendimiento del trabajo o que haya más comida disponible nos va a beneficiar a todos”, ha apuntado Mulet.

José Miguel Mulet ha concluido recordando que “llevamos ya veinte años sembrando transgénicos; los resultados de la aplicación de esta tecnología ahí están; las cifras de siembra crecen cada año y es muy evidente que los transgénicos son una alternativa. No hay más salida; Europa debe dejar de vivir aislada en esa especie de Disneyland”.