El profesor de la EAMN UPV, Raúl Compés, vicepresidente de la Asociación Europea de Economistas del Vino

El profesor de la UPV Raúl Compés, ha sido nombrado vicepresidente de la Asociación Europea del Vino (EuAWE, por siglas en inglés). Formada por alrededor de 50 expertos europeos, su objetivo es desarrollar la investigación en el campo de la economía vitivinícola.

Compés, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (EAMN) de la UPV, es el único español que forma parte del equipo directivo de la asociación, que está encabezada, como presidente, por Jean-Marie Cardebat, de la Universidad de Burdeos-INSEEC.

La EuAWE coordina la colaboración entre investigadores, docentes y profesionales del sector vitivinícola, fundamentalmente en países con tradición productora. Además, entre sus actividades organiza conferencias y encuentros y promueve el análisis de cuestiones relacionadas con el vino, como la política vitivinícola, tanto en Europa como en el resto del mundo, desafíos a los que se enfrenta el sector, como el impacto del cambio climático, futuro de la producción vinícola comunitaria, nuevos canales y mercados, etc. En 2022 tiene previsto celebrar en la UPV el II Congreso europeo de economía del vino.

Unión Europea, clave

Según explica Compés, la UE es el principal actor mundial del mundo del vino, ya que representa el 45% de la superficie global de viñedo, el 65% de la producción, el 60% del consumo y el 70% de las exportaciones. Éstas alcanzaron en 2018 la cifra de 11,5 mil millones de euros, de los que casi un tercio provienen de ventas a los Estados Unidos. “Es además un cultivo cada vez más extendido, ya que está presente en numerosos países y se estima en 2,4 millones el número de explotaciones con viñedo. Su industria crea más de tres millones de puestos de trabajo directos”, añade Compés.

Desafíos del sector

Entre los principales desafíos para el sector, el profesor de la UPV señala el impacto que el cambio climático puede tener sobre la calidad, tipicidad y localización del viñedo, sobre todo en zonas sensibles como las mediterráneas.  En este caso, Compés apunta que, entre otras medidas, es necesario facilitar las estrategias de adaptación de viticultores y bodegas y, para ello, es conveniente revisar las políticas de apoyo al sector en la Unión Europea. “Es un sector muy sensibilizado con este problema, pero las medidas de adaptación generan importantes costes de inversión”, añade Raúl Compés.

La Asociación Europea del Vino recoge el testigo de la Sociedad para la Cuantificación de Datos del Viñedo (VDQS por sus siglas en inglés), que inició su andadura en el año 1991. Junto al profesor Compés, vicepresidente, y el profesor Cardebat, presidente, la dirección de la nueva EuAWE, la completan João Rebélo, de la Universidad de Trás-os-Montes e Alto Douro (Portugal), Luca Rossetto, de la Universidad de Pádova (Italia) y Günter Schamel, de la Universidad libre de Bozen-Bolzano (Italia).

Fuente: UPV

Un robot terrestre monitoriza parámetros clave en viñedos

La uva tiene que recogerse en su punto exacto de maduración, pero, además, la planta ha de disponer de un aporte de agua adecuado durante su desarrollo para que el vino acabe teniendo las propiedades que demandan los consumidores. El control de esos parámetros tan importantes para el viticultor no se suele hacer en campo porque es complicado y caro y, si se hace, pocos pueden permitirse utilizar cámaras de presión que miden el potencial hídrico.

“Esto impide que el viticultor y el enólogo tengan acceso a información completa y fiable durante los ciclos de crecimiento y maduración de la vid, de forma regular y en tiempo real. De esta forma, la mayoría de los productores no utilizan datos que podrían ayudarles a optimizar el manejo de su viña y, en última instancia, a influir en la calidad del vino que producen”, explica Francisco Rovira, director del Laboratorio de Robótica Agrícola (ARL) de la Universitat Politécnica de València.

Para solucionar este déficit, un consorcio de investigación europeo, liderado por la Universitat Politècnica de València, trabaja en un robot autónomo de monitorización de viñedos en el marco del proyecto VINESCOUT. El objetivo final es ayudar a los productores de vino a medir los parámetros clave del viñedo, incluida la disponibilidad de agua (estado del agua de la vid), la temperatura de la hoja/copa de la vid y el vigor de la planta.

Y después de casi dos años de trabajo, a finales del mes pasado presentaron en Portugal el nuevo prototipo del proyecto, un robot que mejora notablemente las prestaciones de su antecesor.

“Nuestro robot permite un muestreo intensivo, pasando de veinte medidas por hora utilizando el método tradicional a más de tres mil datos por hora sin que el usuario tenga que esforzarse para conseguir las medidas. Al final, el productor obtiene un mapa de su parcela con datos que le dan idea de cuándo activar el riego si dispone de él en la parcela, o de la fecha de la vendimia, así como de la distribución de las plantas más productivas de su viñedo”, destaca el profesor Francisco Rovira, coordinador del proyecto europeo.

Además de la UPV, participan en el proyecto el grupo de investigación Televitis de la Universidad de La Rioja, la compañía francesa Wall-Ye SARL, la británica Sundance Multiprocessor Technology Ltd y la portuguesa Symington Family Estates. Fue precisamente en los viñedos de Quinta de Ataíde, propiedad de esta empresa lusa, donde se realizaron las pruebas del prototipo y la demostración oficial del segundo año del proyecto.

 

Principales novedades del nuevo robot 

Entre las principales novedades del nuevo prototipo, se ha mejorado la navegación autónoma haciendo más robusto el sistema, que ahora combina visión 3D con LiDAR y sensores de ultrasonidos (sónar). Se ha perfeccionado también la inteligencia artificial incorporada, lo que se traduce en una conducción más precisa, tanto en el guiado dentro del viñedo como en los giros para cambiar de fila.

“El sistema de navegación autónomo ha mejorado mucho, lo que significa que el vehículo puede moverse más rápido y con mayor seguridad a lo largo de las hileras de vides, manteniendo la misma capacidad de recopilación de datos”, añade Verónica Saiz, investigadora del Laboratorio de Robótica Agrícola (ARL) de la UPV y project manager del proyecto.

Lo más destacable este año es que el robot puede generar mapas también por la noche, ampliando así su capacidad de trabajo. Esta opción de navegación automática nocturna se ha probado este verano durante los ensayos de campo en el viñedo portugués. “Hemos comprobado que el robot se comporta igual de noche que de día y es capaz de generar los mapas automáticos del estado térmico”, destaca Verónica Saiz. Además, el robot incorpora una cámara multiespectral para la medida del vigor a través de varios índices vegetativos.

 

Más compacto, ágil y con más energía 

El aspecto externo también se ha modificado respecto al prototipo anterior. “Ahora el robot es más compacto y ágil, y está más protegido para un ambiente hostil como el del campo. Además, incorpora baterías de Litio –en lugar de plomo, como el modelo anterior-, que son más ligeras y, por tanto, más fácilmente intercambiables, y garantizan energía para una jornada de trabajo, como mínimo”, explica Andrés Cuenca, investigador también del Laboratorio de Robótica Agrícola (ARL) de la UPV.

“Tenemos ya los primeros mapas automáticos de temperatura y vigor de la planta; los genera el robot con un sensor infrarrojo y una cámara multiespectral, en tiempo real. El siguiente paso es comparar si estos mapas tienen buenas correlaciones con los obtenidos con los métodos manuales; si es así, se tendrá un sistema de monitorización automático mucho más efectivo y práctico para los viticultores y enólogos”, concluye Francisco Rovira.

Fuente: UPV