Francisco J. Martínez Mojica, el padre español del CRISPR/Cas, es investido doctor honoris causa por la UPV a petición de la Escuela

La Universitat Politècnica de València ha investido hoy doctor honoris causa al científico Francisco J. Martínez Mojica durante el acto de apertura del curso 2017-2018. El nombramiento es una propuesta de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural. Profesor de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, Martínez Mojica fue el primero en determinar la existencia de las secuencias CRISPR (Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas, en sus siglas en inglés).

Francis Mojica (Elche, 1963) se licenció en Biología en la Universidad de Valencia en 1986 y, una década después, se incorporó a la Universidad de Alicante como profesor titular. Ha dedicado su carrera a investigar el sistema inmunológico de un microorganismo (Haloferax) que habita en las salinas de Santa Pola. Su tenacidad por averiguar la razón por la que este organismo es capaz de sobrevivir ha derivado en una técnica de edición genética revolucionaria.

Aunque nadie creía que podría ser útil, Mojica y su equipo decidieron seguir indagando. En la actualidad, esta tecnología es empleada en laboratorios de todo el mundo. Y es que, como ha declarado el científico en la rueda de prensa previa a la ceremonia, “si las circunstancias no son las idóneas, pero tienes tesón, buena voluntad y cuentas con el esfuerzo de un grupo de colaboradores, a veces las cosas salen bien”.

 

La erradicación del sida o la malaria está muchísimo más cerca

Cuando Martínez Mojica publicó su hallazgo se desencadenó una carrera internacional para entender cómo funcionaba aquel sistema inmune hereditario que estaba presente en la mitad de las bacterias conocidas. “Lo mío dicen que es un ejemplo”. De hecho, su herramienta de edición genómica, que resume como “un corta y pega genético”, tiene múltiples aplicaciones: desde la identificación de microorganismos patógenos hasta la generación de microorganismos resistentes a virus.

“Lo que implica que se pueden curar enfermedades”. Ya que, como ha expuesto en su intervención, “hoy en día, gracias a las herramientas diseñadas por las bacterias, podemos afirmar que la erradicación de la malaria o el sida está mucho, muchísimo más cerca, y hay fundadas razones para ser optimistas en cuanto al tratamiento y prevención de la retinosis pigmentaria, la diabetes, el cáncer, la distrofia muscular o la miocardiopatía hipertrófica, entre muchos trastornos genéticos”. Pero es que las aplicaciones son tan dispares que incluso abre la puerta al uso de las bacterias como discos duros, ya que son capaces de almacenar multitud de datos codificados en su ADN: por ejemplo, una película entera, fotograma a fotograma.

Pero la eficacia y accesibilidad de la técnica, que “permite editar la información genética de cualquier ser vivo”, también ha reabierto el debate moral. “Porque se puede hacer el bien, pero también travesuras”, ha subrayado Martínez Mojica.

 

Invertir en investigación

“En España, cuando hay problemas de dinero la investigación queda en último lugar”, ha declarado Martínez Mojica. Por ese motivo, el científico pide a las autoridades “que observen la realidad y no miren a otro lado, y que se fijen en aquellos otros países donde la inversión en investigación se ha multiplicado por diez”.

En términos similares se ha pronunciado el rector de la Universitat Politècnica de València, Francisco Mora, en su discurso durante la apertura del curso académico. “Quizá sea el de la investigación el sector en el que existe una mayor contradicción entre lo que se dice y lo que se hace; basta analizar los presupuestos, los públicos y privados, dedicados a I+D+i para comprobarlo. Mientras el conjunto de la Unión Europea invierte hoy un 25% más en I+D+i que antes del inicio de la crisis económica, España invierte un 10% menos”.

Por ese motivo, ha continuado Mora, “nosotros, como equipo rectoral vamos a poner todo nuestro empeño en aumentar los recursos de la UPV, tanto los que provienen de fondos públicos como, especialmente, los que provienen de fondos privados de mecenazgo y patrocinio. (…) Y vamos a ampliar los actuales programas propios de contratos predoctorales y de investigadores postdoctorales, así como fortalecer de forma significativa la capacidad de captación de contratos FPU, FPI y plazas de programas de atracción de talento como Juan de la Cierva, Ramón y Cajal, Beatriz Galindo, Marie Curie, etc.”

El nuevo doctor honoris causa de la Universitat Politècnica de València, que se define como “profesor de universidad y defensor de la educación pública”, continúa en la Universidad de Alicante donde fundó el grupo de investigación Molecular centrado en el estudio de las secuencias CRISPR. Y trabajando en esa misma línea que abrió hace años, mientras su nombre aparece en las quinielas para los Premios Nobel.